Bebemos agua fría y nos lavamos con agua caliente. Y por razones de salud y belleza, deberíamos empezar a hacer exactamente lo contrario. Como ha demostrado la hidroterapia, este líquido puede tener innumerables beneficios que, entre otras cosas, también dependen de su temperatura. Uno de los mayores defensores del poder del agua fría fue Sebastian Kneipp (1821-1897), un sacerdote alemán y médico naturópata que escribió un tratado sobre el agua y sus usos medicinales. Proveniente de una familia modesta, Kneipp enfermó de tuberculosis en su juventud. A pesar del abandono de los médicos, este joven estudiante de teología encontró en una biblioteca de Munich un tratado del doctor Johann Seigmund Hahn que empezó a poner en práctica por su cuenta, porque no tenía nada que perder. El tratamiento consistía en bañarse en el agua fría del Danubio o caminar descalzo bajo el rocío de la mañana. Contrariamente a todas las predicciones, Kneipp no murió de neumonía, sino que se curó y vivió 50 años más de lo esperado.
La edad de oro de los baños ha recogido algunas de las prácticas de este experto en la materia; aunque más tarde el uso de agua fría ganó mala prensa y se asoció con una forma de vida espartana, incómoda y curiosamente cercana a prácticas acientíficas.
Agua de ósmosis inversa en casa y una piel perfecta.
Según las necesidades, el agua de ósmosis también evitará picores, dermatitis y rojeces por el uso de aguas muy duras.
De esta manera, con agua de ósmosis inversa, purificaremos nuestra piel, la sensación de tirantez y sequedad desaparecerá. Los poros permanecen limpios por más tiempo y la piel está protegida contra el envejecimiento prematuro.
Cuida tu piel sensible
Si tienes la piel fina y sensible y quieres evitar la aparición o el empeoramiento de las rojeces si las has tenido antes, es importante que la cuides mucho de tu piel:
Exfoliación
Las bajas temperaturas ralentizan la renovación de la piel. Las células muertas se acumulan en la superficie y se produce un engrosamiento de la dermis.
Para restaurar esta renovación de la piel, se recomienda una suave exfoliación una o dos veces por semana.